martes, 10 de marzo de 2009

La musica de las Esferas y el Yoga


Volviendo sobre un tema que me resulta apasionante y hermoso.
Al cual le dedique mi tesis de Yoga, "Pitagoras y la musica de las esferas".
Buscando información sobre la música de las esferas y la relación con Pitágoras, descubrí que este tema tiene relación con numerología, música, meditación, ciencia, etc. El mismo es impresionantemente amplio y complejo.
Así mismo me considero amante de la música, de los sonidos y que lo que provocan es increíble.
Paz, armonía... y así podría seguir enumerando todo lo que podemos sentir.
Aquí voy a dejar solo un fragmento de mi Tesis, ya que la misma tiene más de 5 páginas y no podría mostrarlas todas en un solo blog.
La música de las esferas ha apasionado desde siempre a los estudiosos del Universo. Para los pitagóricos, los tonos emitidos por los planetas dependían de las proporciones aritméticas de sus órbitas alrededor de la Tierra, de la misma forma que la longitud de las cuerdas de una lira determina sus tonos. Las esferas más cercanas producen tonos graves, que se agudizan a medida que la distancia aumenta.

Lo más hermoso era que, según ellos, los sonidos que producía cada esfera se combinaban con los sonidos de las demás esferas, produciendo una sincronía sonora especial: la llamada “música de las esferas”.

Para los pitagóricos, por tanto, el Universo manifiesta proporciones “justas”, establecidas por ritmos y números, que originan un canto armónico. El cosmos, a sus ojos, es por tanto un sistema en el que se integran las siete notas musicales con los siete cuerpos celestes conocidos entonces (el Sol, la Luna y los cinco planetas visibles). A estos planetas se añadían tres esferas suplementarias que alcanzaban el 10, el número perfecto.

La misma armonía celestial fue descrita por Platón cuando, en Epinomis, declaró que los astros ejecutan la mejor de todas las canciones. Cicerón también se refirió en el canto de Escipión a ese sonido tan intenso como agradable que llenaba los oídos de su héroe y que se originaba en las órbitas celestes, reguladas por intervalos desiguales que originaban diferentes sonidos armónicos.
Ya se ha dicho antes que el alma es harmonía, debido a esto, la música ejerce sobre el espíritu un especial poder: La música puede restablecer la harmonía espiritual, incluso después de haber sido turbada. De tal idea se deduce uno de los conceptos más importantes de la estética musical de la antigüedad: el concepto de catarsis. El vínculo de la música con la medicina es muy antiguo, y la creencia en el poder mágico-encantador, y con frecuencia, curativo, de la música, se remonta a tiempos anteriores a Pitágoras. La música era admirada y llamada purificación, por eso los pitagóricos purificaban el cuerpo con la medicina y el alma con la música. También esta concepción pitagórica de la filosofía como curación del alma, que tiene como ciencias auxiliares a las matemáticas y a la música, dio lugar a una meloterapia o psicoterapia. Pero los pitagóricos, no sólo establecieron una especie de medicina musical del alma, sino que empleaban también para ciertas enfermedades los encantos creyendo que la música contribuía grandemente a la salud si se empleaba del modo más conveniente. Por tanto se establecía un lazo indisoluble entre salud y música, puesto que la proporción y equilibro de las notas produce harmonía y orden, tanto en el cuerpo como en el alma.

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